La semana 7: Aparece el cordón umbilical
porque el bebé empieza a separarse de las paredes del saco gestacional; en
ocasiones se lo puede seguir hasta el punto donde se está formando la placenta
primitiva. El embrión en este momento mide en promedio 11mm —
un poco más grande que el borrador de un lápiz. Los brotes de los brazos
que aparecieron la semana pasada ahora se parecen a pequeñas raquetas; los
brotes inferiores (piernas) son menos evidentes. La cara del bebé toma más
definición esta semana y pueden verse una perforación para la boca y muescas
diminutas de nariz y esbozos de las orejas. Se hacen evidentes las
primeras manifestaciones del desarrollo cerebral mediante la formación de las
vesículas cerebrales primitivas, que pueden ser evidentes por vía ecográfica
transvaginal haciendo clara la diferenciación de los extremos del bebé: la
cabecita (polo cefálico) y el "rabito" (polo caudal).
La semana 8: El
cerebro emite sus primeras ondas cerebrales detectables, lo más notable de este
momento son los movimientos del embrión: se mueve como un gusanito con pequeños
movimientos de contorsión. Son evidentes los brotes de los cuatro miembros con
mejor definición de los rayos digitales (el inicio del desarrollo de los dedos
de los pies y manos) y la formación de las vesículas cerebrales. Las
muñecas, los codos y los tobillos son claramente visibles y los párpados del
bebé se comienzan a formar. Las orejas, el labio superior y la punta de la
nariz se hacen reconocibles. El corazón del bebé late con mayor rapidez, 150
latidos un minuto — cerca de dos veces la frecuencia adulta usual; el corazón
adquiere sus 4 cavidades y se inicia el desarrollo del sentido del olfato.
Ecográficamente vemos un embrión de 17mm con clara diferenciación de los polos podálico
(rabito) y cefálico (cabeza), esbozo de los cuatro miembros y movimientos
embrionarios.
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